Sunday, December 13, 2009

Obra creativa

Lolita y su Silla de Deseos



Hay una chica se llama Lolita. Lolita tiene una silla. Es una silla ordinaria. Tiene cuatro patas. Es muy vieja y puede ver las cicatrices de los dueños del pasado. Todavía es fuerte como una silla de acero en vez de una silla de madera. También, la silla es especial. Es una silla de deseo. Cuando un niño sienta en la silla, ocurren cosas mágicas.
Por muchos años, las personas del pueblo ignoraron la silla vieja. No perteneció a nadie. A veces un abuelo descansaba en la silla o era un lugar por un abrigo de una persona, pero por la mayoría del tiempo la silla estaba sola.
Un día Lolita se sentó en la silla. Ella se sintió solo pero cuando ella descansaba en la silla, se sintió mejor. Después de un tiempo en la silla ella comenzaba tener sed. Ella pensaba “¡Tengo mucha sed! Me gustaría un gran taza de leche ahora.” Cuando ella se abrió sus ojos habría una tetera de leche y una taza. “Ay Caramba” ella dijo, “¿Quién me da una tetera de leche?” Entonces ella bebía la leche y estaba contenta.
Algunas días después, todavía Lolita estaba curiosa de la silla extraña. Ella se sentó en la silla. Se sintió cómoda y segura. Después de un tiempo en la silla, ella comenzaba a sentirse sola. Ella cerró sus ojos y pensaba en un perrito. De repente había una lengua caliente y mojada en la palma de su mano. “¡Ay Caramba!” gritó Lolita “Un perro como de de mi mente.” De este momento, Lolita supo que la silla era mágica.
Por muchos días Lolita pensaba en la importancia de la silla. Ella tenía solamente seis años pero sabía la responsabilidad que una persona tiene cuando usa la silla mágica. Finalmente Lolita fue a la silla. Cuando se sentó en la silla se sintió feliz. Después de un tiempo Lolita se sintió aburrida. Ella cerró sus ojos y ella pidió una aventura. En este momento ella vio muchas personas en ropa bonita bailando. Pero cuando ella abrió sus ojos la imagen desapareció. “Qué extraño” Lolita pensaba. Se mudó su cuerpo de la silla y entonces ella intentó otra vez. Cerró sus ojos y esperó. Ella vio un hombre guapo. Él le dio un anillo brillante y entonces ellos se besaban. Rápidamente ella abrió sus ojos pero el hombre no estaba allí. “¿Qué pasa?” Lolita dijo, “¿está rota la silla?” todo la tarde ella se movió su cuerpo, sus pies, sus piernas a lugares diferentes de la silla. Ella sacudía la silla. Pero cada vez que Lolita cerró sus ojos y esperó una aventura solamente vio las aventuras en su mente: Hay una gran boda con muchas de su familia y amigos, un bebé precioso, una casa con un jardín asombroso. Y cuando ella abrió sus ojos los sueños desaparecieron.
Después de desear mucho, ella se sintió cansada y frustrada. Lolita y su perrito volvieron a su casa y su madre dijo: “Hola mi corazón. ¿Qué pasa? ¿Por qué estás triste?” Entonces, Lolita le contó a su madre todo. Cuando terminó Lolita dijo “¡y no sé porque la silla no concedía mi deseo de una aventura!” Su madre pensó mucho tiempo y finalmente le dijo a su hija: “Es una posibilidad que su aventura sea su vida, y tienes que vivir todos tus días como una aventura”.

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